La pintura electrostática es uno de los métodos de acabado más utilizados en entornos industriales. Esto se debe a que consigue los mejores resultados en cuanto a calidad, durabilidad y eficiencia. Pero ¿qué es este tipo de pintura y cómo funciona?
¿Qué es la pintura electrostática?

Creado en la década de 1950, el modelo de pintura electrostática ganó muchos adeptos en las décadas siguientes, especialmente en el sector industrial gracias a su acabado de alta calidad. Ampliamente utilizado en estructuras metálicas como hierro, acero y aluminio, los avances tecnológicos también propiciaron su uso en la industria del mueble.
Este tipo de pintura funciona atrayendo sustancias con diferentes polarizaciones, como un imán. Por lo tanto, el sustrato a pintar debe tener una carga eléctrica (generalmente positiva), mientras que la pintura recibe una carga eléctrica opuesta (generalmente negativa). Esto hace que la pintura sea atraída por la superficie a pintar. Además, la tecnología de aplicación electrostática se puede encontrar tanto en pinturas líquidas como en polvo.
Tras esta primera etapa, la pieza debe pasar por el proceso de curado, que puede realizarse tanto al aire libre como en el interior de un invernadero, siempre dependiendo del tipo de pintura aplicada.
¿Qué es un sistema de pintura electrostática?
Por ser un tipo de pintura con un alto grado de tecnología, la pintura electrostática se aplica generalmente en entornos industriales, donde se sigue una cadena de procesos para asegurar la mejor aplicación.
Esta cadena consta de tres etapas: preparación, pintado y curado. Conozcamos un poco más sobre cada una.
Preparación del sustrato
Como con cualquier técnica de pintura, el sustrato que se va a pintar electrostáticamente requiere una preparación minuciosa. En el caso de la pintura electrostática, la pieza se somete a tres procesos:
- Lavado y desengrasado de la pieza;
- Desoxidación superficial;
- Tratamiento anticorrosivo.
Esto último depende del material que se vaya a pintar. Si el artículo es de aluminio, se cromará; si es de acero, se fosfatará. Todo depende de la superficie que se vaya a pintar.
Aplicación de pintura
A diferencia de la aplicación de pintura convencional, la pintura aplicada con este método lleva carga electrostática. Por lo tanto, tanto la cabina como el equipo de aplicación deben estar correctamente conectados a tierra para garantizar una aplicación eficiente y la seguridad de los empleados.
Para cargar eléctricamente la pintura, se requieren pistolas de pintura especializadas. Estas cuentan con una boquilla que carga eléctricamente la pintura al rociarla. Esta técnica permite pintar zonas de difícil acceso, ya que el rociado atrae las partículas de pintura.
Otra ventaja de la pintura electrostática es que las partículas de pintura del exceso de pulverización se pueden reutilizar. Los mejores sistemas de pintura cuentan con un mecanismo de extracción que recoge y almacena esta pintura para su reutilización.
Curar
Tras recibir la pintura, las piezas pasan a la etapa final de pintura electrostática. Según las necesidades del cliente, el curado puede ser natural, al aire libre o mediante hornos de secado. Es importante prestar mucha atención a esta etapa del proceso, ya que determinará si la pieza alcanzará las características diferenciales deseadas, como la resistencia a la abrasión, la corrosión y los rayos UV.
Este tipo de pintura proporciona, entre otras ventajas, agilidad en el pintado, ya que permite un cambio de color rápido, así como un acabado sin burbujas, manchas ni corridas.
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